lunes, 13 de marzo de 2017

Cristianos Nacidos de Nuevo VS Simpatizantes de la fe Cristiana



Así como en la antigüedad Dios nos dio 10 Mandamientos, como una expresión resumida y concisa de su carácter personal, hoy día necesitamos una regla o referente resumido para la guía de las iglesias.

Los diez mandamientos son muy breves, son apenas 10 reglas básicas que sin embargo son capaces de transformar radicalmente la convivencia de los seres humanos si fuéramos capaces de acatarlos....Pero, francamente, no lo somos.

Es solo con la asistencia del Espíritu de Dios que podemos vivir por encima de la media de la practica social de los seres humanos dado que el amor de Dios y su gracia incondicional cubren multitud de nuestros pecados, pero de no ser así, ningún creyente estaría a la altura de las normas de Dios. 

Estar a la altura de la norma de Dios, y ser un hijo de Dios auténtico es una cosa y mostrarse como tal son dos cosas bien distintas. Un inconverso puede bien modelar una conducta que le haga acreedor de títulos de santidad o incluso le haga pasar como creyente fiel y genuino sin serlo en verdad. A los fines de este artículo, al menos hoy, eso importa poco, ya que, a fin de cuentas el único que sabe a ciencia cierta quién es creyente genuino, quien es Pedro y quien es Judas es Dios.

PARAMETROS PARA ELEGIR LÍDERES.

Pero una cosa es que no sepamos a ciencia cierta que es genuinamente creyente quien no, y otra es que incluso desconozcamos los estándares que debe alcanzar el perfil del verdadero creyente, porque, si ni siquiera tenemos una norma para juzgar esto la iglesia queda a merced de gente talentosa, entusiasta, poderosa, simpática y ambiciosa pero carente de experiencia con Dios. Si una iglesia está integrada en su totalidad en su mayor parte por liderazgo así…. No puede permanecer mucho tiempo sin que se produzcan graves y vergonzosos conflictos ya que Satanás tendrá entre la asamblea de los santos a uno o más de sus ministros representantes.

LAS MARCAS DEL NACIDO DE NUEVO

Yo sé que estas pautas para juzgar quien es nacido de nuevo y quien no lo es no son infalibles, y como ya he dicho, el único que lo sabe a ciencia cierta es Dios, eso no quita que tengamos una lista de unos pocos principios básicos para juzgar la condición de “regenerado” o “nacido de nuevo” en una persona; Es cierto estos principios no son infalibles pero créame que es extremadamente difícil que una persona verdaderamente nacida del Espíritu Santo no las tenga o evidencie, y más aun, es mucho más difícil que un no nacido de nuevo las pueda falsear y mantener una conducta coherente durante mucho tiempo.

I
IRREFLEXIBILIDAD

Una persona de la que se dice es “nacida de nuevo” ¿cómo puede al mismo tiempo ser irreflexiva? Y, por cierto, ¿Qué es ser reflexivo? Bien, reflexivo es aquel que usa la capacidad intelectual que Dios dio a los hombres para evaluar conveniente y prudentemente sus actos y los demás y llegar a conclusiones cargadas de sentido común.

Si entendemos el acto de regeneración como una especie de ceguera intelectual, o como un acto de aturdimiento mental en las personas, bien se puede llegar a ser cristiano sin entrar en una etapa de profunda reflexión, pero, si rechazamos la experiencia cristiana como una experiencia de enajenación mental y la situamos en una estado de plena consciencia o incluso de consciencia más elevada de nuestra persona, nuestros semejantes y nuestros actos y responsabilices frente a ellos y sobre todo frente a Dios, entonces podemos colegir que la única forma en que una persona puede llegar a ser cristiano genuinamente, nacido de nuevo, es mediante un profundo proceso de reflexión intelectual y espiritual que da como resultado una conclusión: estoy perdido y solo Cristo me puede salvar. Todo esto, por supuesto, propiciado por el Espíritu de Dios.

Pero, de la misma forma en que una persona es capaz de llegar a esta conclusión al ser confrontado por la palabra de Dios, ha de saberse que convencer al pecador de su condición caída, no es el único foco de confrontación en el que la Biblia hace énfasis. Sino que a ese mismo pecador que pudo reflexionar y concluir que necesitaba al salvador, bajo los mismos mecanismos, al confrontársele con la realidad de que ese Salvador exige obediencia, santidad y muchas otras cosas más, se espera de un hombre capaz de reflexionar, ahora, no solo poniendo en operación los circuitos o vías comunes a todos los hombres, sino ahora ayudado sobrenaturalmente por Dios, que al confrontársele con la mentira, la reconozca, admita y pida perdón, que al confrontársele con la murmuración, el adulterio o cualquier otra falsa, leve o grave, no la razone, no la justifique no intente taparla, sino que, humildemente la reconozca, se rinda, se arrepienta y pida perdón a Cristo y a todos los que sufrieron el agravio.

SENTENCIA

Digo pues, solemnemente que es virtualmente imposible que una persona sea regenerada, nacida de nuevo y al mismo tiempo incapaz de ser reflexivo, incapaz o duro para perdonar, esquivo y hábil para no mostrar arrepentimiento, sagaz para mantener sus mentiras y procurar embarrar a otros mientras oculta descaradamente sus pecados. El creyente que no se arrepiente ni perdona NO HA NACIDO DE NUEVO.

II

EMPATIA CON CRISTO Y SU CAUSA

Si uno que está entre los reputados como nacidos de nuevo no manifiesta gozosa empatía evidente o tímida hacia Cristo y su causa no puede haber nacido de nuevo.

No se descarta que por causas de prudencia con familiares declaradamente hostiles a ciertas corrientes cristianas o al cristianismo propiamente dicho un nuevo nacido opte por actuar con sigilo al mostrarse cristiano en sus declaraciones (no así en su carácter) e incluso a mantenerlo durante un tiempo en secreto por los motivos antes mencionados como fue el caso de Nicodemo quien en principio, junto con otros seguidores de entre los líderes judíos mantenían un perfil bajo y evitaron declararse abiertamente cristianos porque esto hubiera entorpecido su propósito tanto de ser ellos mismos seguidores genuinos como de servir a la causa de Cristo en aquellos momentos de alta tensión religiosa y gran antagonismo contra Cristo.

Pero fuera de estas causas atendibles u otras similares no podemos atribuir un desinterés por anunciar a Cristo a otra cosa que no sea falta de verdadera conversión. Si uno que se dice nuevo nacido tiene vergüenza del Señor, si le es indiferente hablar de él, o si tiene cualquier objeción fuera de las antes citadas no es de Cristo.

Basta con observar las reacciones de la gente que se entrega a Cristo registradas en el Nuevo Testamento para ver lo inconsecuente de una actitud de timidez, indiferencia, dejadez o vergüenza en la manifestación de la empatía con el Señor Jesucristo y su causa.

SENTENCIA

Aquel que sin motivo claro y atendible no testifica de Cristo, no ha nacido de nuevo.






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